La espada ropera, emblema de la esgrima civil del Renacimiento, marca una evolución significativa en el arte del combate con espada europeo. Apareció a finales del siglo XV en Italia y se extendió rápidamente por toda Europa, convirtiéndose en el arma preferida de los caballeros hasta principios del siglo XVIII.
Caracterizada por su hoja fina y larga, generalmente de 90 a 110 cm, y su guarda compleja, la espada ropera estaba principalmente diseñada para la estocada, aunque era capaz de dar golpes cortantes. Su desarrollo refleja la evolución de los duelos civiles y la creciente importancia de la precisión y la rapidez en el combate individual.
En el contexto de la HEMA, el estudio de la espada ropera ofrece una ventana fascinante a las técnicas de esgrima del Renacimiento. Los tratados de maestros como Ridolfo Capo Ferro o Salvator Fabris proporcionan una rica fuente de información sobre su manejo. La práctica de la espada ropera en la HEMA moderna pone énfasis en la finura, la precisión y la rapidez, a menudo combinada con el uso de una daga o una capa en la mano izquierda, reflejando así la sofisticación de las técnicas de combate de la época.